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La flor Nomeolvides en masoneria

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La flor Nomeolvides en masoneria

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La flor Nomeolvides en masoneria

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La Redacción

Miosotis o Myosotis, conocida comúnmente como nomeolvides, esta pequeña plante es la flor del amor desesperado o el amante eterno. Hay cerca de 50 especies con gran variación entre ellas. Sin embargo, la mayoría tiene pequeñas flores de 1 cm de diámetro con cinco pétalos azules que crecen en los extremos de los tallos en ramilletes. No obstante, si vemos a alguien con este símbolo como pin de solapa, lo más probable es que sea un hermano.

La flor nomeolvides siempre ha sido un símbolo de recuerdo. En Canadá, se usa cada 1 de julio para recordar a los que murieron en la Primera Guerra Mundial. También ha simbolizado el verdadero amor y la firmeza. Su ciclo perenne también se ha utilizado para simbolizar un retorno largamente esperado; Enrique IV  usó el nomeolvides como su símbolo durante su exilio en 1398, y lo retuvo después de su regreso al trono. Esos símbolos de recuerdo, latencia y renacimiento se vincularon estrechamente con la masonería en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Después de la Primera Guerra Mundial, Alemania se vio sumida en una terrible crisis económica. En 1926, en su comunicación anual, la Gran Logia de Alemania dio a sus miembros un pin con esta flor como símbolo, para recordarles a los hermanos sus obligaciones caritativas. El alfiler se usó ampliamente en toda Alemania como una señal para recordar a los pobres y angustiados. Miles de albañiles usaron este broche en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, realizando actos de servicio y caridad. Esta fraternidad de un pueblo, fue vital durante la depresión de Alemania.

La Segunda Guerra Mundial

Sin embargo, esa misma crisis económica que llamaba a los masones a la acción caritativa también impulsó a Adolf Hitler al poder. Para 1934, estaba claro que la masonería estaba en peligro. Hitler, gran fan del ocultismo, el arte y el odio por la masonería, denunció a la misma como una conspiración con los judíos para suprimir la autoconservación nacional. Goring declaró: "En la Alemania nacionalsocialista, no hay lugar para la masonería".

La existencia de librepensadores durante las dictadoras y fascismos es siempre un peligro para ambas partes.

El Ministerio alemán ordenó la disolución de todas las logias y confiscó todas sus propiedades. Incluso organizaron exhibiciones para mostrar todas las insignias masónicas que habían incautado. Los hermanos capturados fueron finalmente confinados a campos de concentración y obligados a usar el triángulo rojo invertido de un preso político.

Persecuciones similares acontecieron en Italia y otros estados nazis, y poco después, la masonería fue oficialmente prohibida en todo el imperio nazi. Se desconoce el número de masones ejecutados durante la Segunda Guerra Mundial, pero se estima que hay entre 80,000 y 200,000 muertos. Éstos numeros no incluyen todos los desaparecidos y muertos de España.


La historia cuenta que en medio de la guerra, la Gran Logia del Sol alemana -una de las Grandes Logias que formaban la "Federeación Alemana de Grandes Logias" adoptó ese pequeño azul, no me olvides, no como un emblema de la caridad, sino como un sustituto secreto de la escuadra y el compás. La flor empezaba a usarse entonces como un nuevo signo de reconocimiento para los hermanos, que así ocultaban su nueva simbología masónica de sus perseguidores.


Desde entonces, el pin de solapa con la flor servía para que éstos hermanos pudieran reconocerse en público, tanto en las calles como en campos de concentración. Estos hermanos, con un compromiso enorme, se negaron a permitir que la luz simbólica de la masonería se extinguiera por completo, incluso en tiempos de persecución y pena de muerte.

La expansión

Tras la guerra, en 1948, en la primera "Convención Anual de las nuevas Grandes Logias de Alemania", se fabricaron cientos de alfileres con la flor nomeolvides. Las Grandes Logias empezaron a entregar estos pins como un símbolo masónico allá a donde iban. Estos alfileres alcanzaron total popularidad y se convirtieron en sinónimo de todos los masones que perdieron la vida durante la guerra, así como la perserverancia de unos pocos que continuaron contraviniendo al régimen.

Desde entonces, la veracidad de la historia de este origen antifascista de la simbología masónica de la flor ha sido puesta en sobredicho. Unos dicen que hay poca evidencia histórica, donde otros dicen que ésto prueba la efectividad del secretismo del símbolo. Unos dudan sobre la existencia de pins en campos de concentración, donde éstos últimos responden que se usaban flores reales o secas en lugar del pin que existía fuera.

En cualquier caso, la flor es hoy símbolo intercambiable con los caídos o luchadores contra el fascismo, y para nosotros, de entre los caídos representa específicamente a nuestros hermanos, y el hecho de que "no los olvidamos".