ee

El Amor y la Voluntad

Escrito por:
La RedacciónThis "arrow shaped" link takes you to the full blog post so you can read it.

El Amor y la Voluntad

Escrito por:
La RedacciónThis "arrow shaped" link takes you to the full blog post so you can read it.

El Amor y la Voluntad

Escrito por:
La Redacción

Pocas son las veces en las que tenemos la oportunidad de reflexionar en voz alta sobre el amor. Quizá por pudor, porque la cultura pesa más que el instinto, o por un miedo cerval a sentirnos expuestos, desnudos y vulnerables. El intelecto parece la nueva idea del bien, el nuevo Dios, el concepto más alto en esa jerarquía de virtudes que cada sociedad conforma. Y aunque no creo que matar al intelecto, como ya hizo Nietzsche con Dios, sea la solución de nada, sí creo que debemos revisar la jerarquía actual de virtudes.

La voluntad, representada por el mazo, es una fuerza activa y transformadora. Pero me temo que el símbolo del mazo, la voluntad, muchas veces también ha caído en la trampa de intelectualizarse, de conceptualizarse como una herramienta al servicio de fuerzas volitivas más o menos racionales, en el peor de los casos despreciando todo lo que la emoción, todo lo que el amor tendría a bien aportar a la energía de este símbolo. Para mí, sin amor todas las herramientas son símbolos inertes. Sin el amor consciente todo pasa a un segundo plano. Sería tanto como estar en una habitación sin ventanas, sin capacidad para conectarte con el mundo, sin capacidad para compartir nada con el mundo.

Por esto, creo que es importante reflexionar acerca del amor y de la voluntad, como elementos de la misma cosa, del mismo hecho. Se habla mucho de voluntad de poder, de querer, de hacer, pero se habla muy poco de voluntad de amar. Pareciera como si el amor fuese una herramienta pasiva, un símbolo azaroso y caprichoso, y, lejos de eso, el amor también requiere de la voluntad para nacer y desarrollarse. Debe existir primero la voluntad de amar, la voluntad de construir, para que el amor pueda surgir.

El amor tendría que poder emanciparse de ese rol caprichoso que le ha sido impuesto, tendría que comenzar a hablar con más desinhibición, no solo en espacios de seguridad como este, como la logia, sino también, y sobre todo, en el mundo profano.

La voluntad y la predisposición para amar es un trabajo que exige la misma dedicación y constancia que cualquier otro trabajo de carácter más intelectual, y por eso merece que nos desprendamos de trabas y auto censuras. El mazo, para mí, debe ejercitarse con más dedicación en la dirección del amor.

No solo es importante para el crecimiento interior fusionar los conceptos de voluntad y amor o el símbolo del mazo con el amor. También lo es para construir un mundo más justo, más fraternal. Para que la sociedad pueda emanciparse de esa carga de pudor, y de censuras. La logia es un buen lugar para exponerse, sin protecciones artificiales. Dejar los metales fuera del templo también consiste en este trabajo de amor y de voluntad del que hablo. Es un proceso consciente y meditado de trabajar la voluntad también en este sentido.

Es importante hablar sobre el amor, pero una forma de trabajar esta voluntad de amares muchas veces el silencio. Hay silencios que requieren de una alta capacidad de amar, de una comprensión profunda de la arquitectura del amor y de sus claves de bóveda.

Y sobre el silencio y el amor, seguro está más certero que yo en sus reflexiones el Querido Hermano Homero, Federico García Lorca, cuando escribió aquello de:

“Oye, hijo mío, el silencio.

Es un silencio ondulado,

Un silencio,

Donde resbalan valles y ecos

Y que inclina las frentes

Hacia el suelo”.

He dicho.